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Los Jóvenes y la Política: Una compleja dinámica. Por Katherine del Salto.

La participación juvenil en la política ecuatoriana ha sido incierta. Hemos podido notar que dado a las varias crisis económicas, políticas y sociales que el país ha experimentado durante las últimas tres décadas, estas han constituido una división entre la sociedad y el gobierno; siendo una de las consecuencias la desconfianza hacia los partidos y los políticos en cuestión. Según un estudio hecho por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en 2013 sobre la involucración política de los jóvenes ecuatorianos, los resultados evidenciaron una antipatía hacia este prospecto, dado que sólo el 44% de los interrogados se interesaban por ella, y el 50% de jóvenes costeños encuestados mostraban interés por la política local de la región.


Estos datos nos dan un vistazo de la complicada relación que la gente joven presenta en relación a la política nacional. Se puede evidenciar cómo muchos jóvenes se han mostrado renuentes a participar en ella; también, de acuerdo este mismo estudio, el 64% respondió que no haría una militancia con ningún partido y que solamente el 30% de los jóvenes sondeados tomaban a la política como un tema de conversación. Pero, ¿por qué este asunto es tan significativo?


Actualmente las elecciones del 2021 se están acercando, y por consiguiente varios de los binomios presidenciales ya se han conformado. En estas elecciones los jóvenes serán el 35% de la circunscripción electoral, lo que significa que su voto podría escoger al nuevo presidente de la república; por esta razón el que los adolescentes se involucren en la política, especialmente en esta crisis por la que el país está pasando, la cual ha sido acrecentada por la pandemia del COVID-19.


Sin embargo, el cambio está tomando lugar, a partir de una encuesta realizada a mayoritariamente estudiantes de entre 16 a 18 años (y donde 34 adolescentes respondieron), los datos demuestran una alteración de su perspectiva acerca de la temática tratada, pues 67% muestra interés por la política del país y las medidas que son tomadas para administrarlo; un 38,2% habla sobre temas políticos en ciertas ocasiones y un 55,9% afirman que si tuvieran la posibilidad de realizar militancia política tal vez lo harían. Pese a que estas cifras parecen positivas todavía podemos observar que existe desinterés y desconfianza, siendo que el 32% no ha prestado atención hacia las elecciones electorales hasta que tuvieron la opción a votar y que el 23,3% no realizaría una militancia a pesar de que tuviera la posibilidad de hacerlo. Una vez más esto demuestra la compleja dinámica que los jóvenes ecuatorianos mantienen con la política interna.


Estudios como el de Llanos y Unda (2013) nos explican que la participación juvenil en la política se da de dos maneras, explicadas de forma simple serían; institucional, guiada por el gobierno, siendo usuarios, beneficiarios o de carácter social, considerando al joven al igual que un agente capaz de cambiar el orden de las cosas. La mayoría de las investigaciones revisadas mencionan este hecho, y se recalcan específicamente eventos revolucionarios de diferentes épocas en donde los protagonistas de tales actos fue la juventud, como el grupo paramilitar “Alfaro Vive, ¡carajo!” en 1983 o “La rebelión de los forajidos” quienes derrocaron al presidente Lucio Gutiérrez en 2005. Estos antecedentes nos demuestran principalmente a la juventud como un agente de cambio, evidenciando que esta es la forma en donde se reitera su participación y que se debe por motivos de la crisis social, económica y política que el Ecuador sufre en 1999. Recordemos que esta surge por medio de políticas neoliberales donde también existe un intervencionismo norteamericano en la región. Se considera a los jóvenes para que tengan un lugar en el debate político y social y como resultado se firma la Ley de la Juventud del 2001. Esta propone la no discriminación y la erradicación de formas de maltrato, resaltando que en épocas anteriores las revueltas y protestas juveniles eran respondidas con violencia y asesinatos.


Dos años después se prueba que la Ley de la Juventud es insuficiente y entra en vigencia el código de la niñez y la adolescencia, siendo su enfoque "garantizar los derechos humanos bajo principios de integralidad y universalidad”. (Mancilla y Opazo, 2014). Esto es exacerbado con la llegada del término de la “Revolución Ciudadana”, el cual es representado por Rafael Correa, en donde la sociedad y los jóvenes particularmente son convocados a participar de manera activa en la política, creando varias organizaciones juveniles en el proceso con el fin de fomentar la democracia en el país.


A pesar de estos cambios que instaban a los jóvenes a relacionarse con la política institucionalizada aún se puede encontrar una negativa de parte de ellos, según nos explica la estudiante del Colegio Americano de Guayaquil, Ma. Aurora Villa, durante su entrevista con nosotros. Ella presenta un sentimiento de incomodidad y desagrado hacia el país en el aspecto político. Uno de los mayores factores con los cuales explicaba su sentir, radica en lo que los medios nos informan. Por ejemplo, la distribución de los hospitales, la falsificación de carnets de discapacidad y los diferentes escándalos que nos hacen regresar al primer punto que fue explicado: cómo nuestra sociedad ya no confía en los políticos, sus partidos y como producto la creación de una brecha entre los ciudadanos y el gobernante.


Pero esto no fue lo único que nos mencionó, sino que también declaró que ella se sentía “incómoda” al hablar de política en su casa por la manera en la que sus padres se expresaban referente a esta. Al mismo tiempo su disconformidad recaí en que consideraba que no sabía lo suficiente para platicar acerca del tema; piensa que los adultos por tener experiencia en eventos democráticos, nombrando algunos como la votación y participación en campañas presidenciales, piensan que ellos pueden formar una opinión en relación a ella, a diferencia de los adolescentes que no han tenido tales experiencias y tampoco se preocupan por empezar a informarse.


“Hay una diferencia entre lo que es la opinión adulta de la opinión juvenil”.


A pesar de esto, María Aurora se encuentra interesada en el funcionamiento de las relaciones internacionales de los países y la manera en que los diferentes problemas diplomáticos en el mundo se han formado, siendo analizados por medio de teoría y conceptos. Lo que nos lleva a otro punto, ¿cómo puede ocurrir este cambio?


Retomando las palabras de la estudiante menciona que el que tenga una clase acerca de Política Global fue lo que la motivó a aprender y a tomarle importancia a este tema como tal. Nos comentó que si las escuelas se tomaran el tiempo de enseñar o inculcar política a través de las clases continuamente, quizás muchos jóvenes más incursionaran en esta.


“Es importante pensar en los jóvenes, pero también es importante educarlos acerca de la política para que ellos puedan sentirse cómodos hablando sobre ella.”


Villa enfatiza esta opinión porque considera que en algún punto tendremos que participar en eventos electorales y es imperativo que empecemos a aprender sobre ella.


“Todos somos parte de la política en algún momento” .


El mismo cuestionamiento se le hizo a los diferentes entrevistados que participaron en este reportaje; como en el caso de Roberto Villao, estudiante de la misma institución educativa, quien a diferencia de la entrevistada anterior es alguien con un profundo interés en la política y con metas de ser parte de esta en un futuro como alcalde de Guayaquil. Evidentemente se realizó un contraste entre ambos estudiantes para analizar sus posturas y comprender el por qué de ambas.


Aunque hubo varias similitudes en ciertos aspectos, pues los dos coincidieron que en su mayoría la falta de interés y participación de los jóvenes se debe a la corrupción tan latente que padece nuestro país. Lo que sí podría ser una diferencia importante entre ambos es que Roberto se introduce en la política de una manera institucional, como es mencionado anteriormente a través de los estudios de Llanos y Unda en donde explican estas dos formas en cómo se llevan a cabo las participaciones juveniles. Él nos cuenta que es parte de la Red de Jóvenes Políticos y que actualmente está realizando una investigación acerca de las razones por las cuales los jóvenes deciden involucrarse o no en la política.


No obstante, nos cuenta que su interés por la política no nació recientemente, ya que esta surgió cuando tenía 9 años y se postulaba para ser presidente en su salón. He ahí donde sufre su primer desilusión porque no ganó, pero a partir de ese momento comienza a involucrarse mucho más en temas relacionados a esta. Y aunque esta fue su primera experiencia en este ámbito confiesa que su motivación radica en una frase que una persona importante para él le dijo: “La política es el arte de servir. “


Desde entonces se da cuenta de cómo la política beneficia al ciudadano y comienza a trabajar con ese objetivo, primero experimentando a través de cargos como presidente de clase hasta llegar a ser vicepresidente en el consejo estudiantil de su plantel educativo. Sin embargo, su participación no acaba aquí, pues Roberto es parte de la Red de Jóvenes Políticos, además de esto presenta una gran afinidad con el Partido Socialcristiano (lista 6), especialmente admirando de gran manera al exalcalde de Guayaquil Jaime Nebot. Aquí es cuando nos explica otra de las razones por las que él se siente tan atraído y apasionado por la política. El entrevistado considera que muchas cosas que el exfuncionario ha hecho por la ciudad han sido extremadamente buenas, con consecuencias valiosas para el desarrollo y bienestar de la capital económica del país. Y ahora podemos observar otro aspecto que afecta la participación juvenil, y es que muchos suelen enfocarse únicamente en lo malo y no se toman en cuenta las buenas acciones que han ocurrido, siguiendo en este caso el ejemplo de la administración de Nebot, que puede llegar a ser descrita como polémica por la manera en que el exalcalde se ha expresado en varias instancias de su carrera.


Tendemos a resaltar lo malo más que lo bueno” .


Al enfocarse en las buenas acciones que aquel partido ha hecho por la ciudad, lo llevó a tener una mejor comprensión y deseo de participar en la política porque para él esta es un modo de retribuir a las comunidades.


Y es así cómo es posible notar las diferentes perspectivas de los estudiantes, a pesar de que existe un interés por parte de ambos en esta temática, las experiencias y sus formas de apreciar al mundo incidieron en su afinidad en este campo social tan complejo.


Cuando se discutió con Villao sobre procedimientos que podrían acrecentar la participación juvenil, se menciona la idea de la señorita Villa acerca de implementarla en la educación. El entrevistado logró coincidir con esto hasta cierto punto, ya que considera que es fundamental implementar materias como la ética; por consiguiente exista un entendimiento de lo que está bien y mal, para así evitar casos de deshonestidad del que todos hemos sido testigos recientemente, y en consecuencia devolverle esa confianza a la sociedad. Pero él nos dice que no recomendaría introducir la política al igual que una materia, en cambio abriría centros barriales, en la población pueda acercarse y explicar sus preocupaciones, de esa manera creando espacios a fin de abrirse con la comunidad dado que estima que eso sería más eficiente.


Y por el mismo hilo va el entrevistado Ángel Gaibor, un joven de 25 años graduado de Derecho en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo que actualmente mantiene el cargo de presidente de Jóvenes Creo Guayas. Gaibor nos explica en qué consiste este frente al ser una parte del Partido Político Creo, dirigido por el banquero Guillermo Lasso. Durante su entrevista nos explicó cómo muchos jóvenes practican una política más institucionalizada mediante diferentes coordinaciones que lo conforman; a través de esto nos pudo expresar los aspectos positivos de la participación juvenil, las razones por las que algunos deciden involucrarse en ella por medio de la militancia y, finalmente, por qué le conviene a la juventud pertenecer y aprender de la política, de cualquier manera que consideren óptimo, pero específicamente desde una perspectiva partidista.


Ángel ha militado desde que es un adolescente para “Jóvenes Creo”, empezando en su provincia de origen, “Los Ríos”. Sin embargo, diferentes circunstancias lo llevaron a participar a la juventud CREO en Guayas, donde ha estado residiendo durante los últimos 10 años. A través de sus experiencias de practicar la política muy joven por las causas sociales que él apoya, nos cuenta que ésta ha aportado muchísimo en su vida, y ha fomentado el valor de la perseverancia. Le ha enseñado que actuar según tus principios es lo más primordial en la política.


Si quieres ser buen político la coherencia es importante” .


Esa no ha sido su única enseñanza a través de su larga trayectoria en la política, puesto que él considera que, de todo lo que ha aprendido, una de las cosas más importantes es que cuya participación en susodicho movimiento le ha dado la oportunidad de conocer realidades totalmente diferentes a la suya, y que este aspecto es uno que para la mayoría de adolescentes y jóvenes adultos sería muy beneficioso si decidieran ser parte de cualquier movimiento/ organización. Una de las maneras en que aconseja que los jóvenes se comiencen a introducir a la política es por medio de causas sociales. Él explica que muchos de sus compañeros en el frente están allí porque una causa social que ellos apoyaban los llevó a practicar la política de manera inconsciente, o finalmente se dieron cuenta de que la necesitaban a fin de crear los cambios que querían reflejados.


“Es importante que si los jóvenes quieren involucrarse en la política busquen un movimiento o partido político que piense como ellos” .


Y durante la entrevista este es un punto que exacerba, el hecho de que si los jóvenes comprendieran que la política como tal no es vil, sino que puede llegar a ser una herramienta muy valiosa para muchos de sus objetivos y causas si es administrada de manera correcta. En síntesis, el entrevistado nos expresa que si se logran varios cambios positivos en la región, la juventud será mayormente beneficiada, pero que además de eso si nosotros en serio deseamos algo, especialmente si nos quejamos acerca de la corrupción y la mala administración de nuestro país, somos quienes debemos iniciar el cambio que tanto queremos apreciar.


“Si nos involucramos en la política esas buenas ideas, buenos proyectos que tenemos podrán verse reflejados en nosotros mismos” .


Por último, entrevistamos a uno de los catedráticos que ha redactado varios estudios relacionados con los jóvenes y la política, y es a quien nos hemos estado refiriendo desde el inicio de este reportaje: René Unda Lara. Él es Profesor Investigador de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador. Unda nos permite entender de manera más profunda las causas sociales y sistemáticas por las cuales la juventud de nuestro país y muchos ciudadanos experimentan antipatía o desconexión con la política. Pero nos explica que el ser “apolítico” es incluso una posición ideológica, ya que se refiere a una incidencia en donde los adolescentes/ adultos jóvenes se sienten “decepcionados” o simplemente no interesados en la política. Es un discurso que en su ámbito de trabajo es bastante cuestionado, debido a que no necesariamente odian esta rama, sino que sencillamente no encuentran interés en la “Política Hegemónica” o como es descrita en sus diferentes escritos, “La política institucionalizada”, porque aquí recae la separación entre la sociedad y el actor político, la cual ya ha sido evidenciado al principio del texto.


A pesar de esto y a que el discurso sea repetido en varias ocasiones, podemos observar de qué manera la política es ejercida en los jóvenes en distintas maneras. Obviamente aquello depende del contexto político y social en el que cada individuo se encuentre, pero al fin y al cabo una característica que se repite es que el joven actúa según lo que le interesa. Por tal razón el investigador nos deja saber que el sujeto no odia la política, sino que en realidad no le llama la atención cómo está siendo administrada por determinado sector de actores políticos. Incluso menciona que estas narrativas se desarrollan gracias a que son intentos de crear una brecha más estrecha entre ciertos sectores de la población- por ejemplo los jóvenes- y básicamente se trata de establecer una exclusión política. Esto se da tomando en cuenta que como agente político estos suelen ser bastante politizados en comparación de muchos adultos, y que los individuos que les conviene que la juventud no se involucre en la escena política comienzan a reproducir esta narrativa de ese modo condicionando e influyéndolos a pensar que esto es algo esperado de ellos.


El profesor nos explica que lo que a la gente le interesa es tener una buena vida, lo cual se resumiría en una educación de calidad, un buen sistema de medicina pública, barrios seguros, entre otros aspectos. Pero se ha estado vendiendo esta idea que varios sectores de nuestro país, no solamente la juventud, no se encuentran interesados en la política, a pesar de que al querer mejores condiciones de vivienda, eso implica ejercer la política. Lo que el entrevistado nos quiere advertir es que estas ideas realmente no se acoplan a lo que ha sido transmitido durante mucho tiempo. A lo largo de la entrevista, pudimos comprender que los problemas en el territorio se debían a instancias de índole estructurales y de fondo, ya que las causas que los jóvenes específicamente se involucran no logran politizarse o dicho de otra manera; expandirse, y ser transmitidas a mayor escala. Esto se da puesto que existe una discriminación inminente hacia aquel sector de nuestra sociedad, e incluso aumenta exponencialmente si se trata de minorías como afro-ecuatorianos, indígenas y mujeres.

“Los jóvenes en nuestro país, las jóvenes, en general, especialmente en sectores medios para abajo son considerados ciudadanos de segunda y de tercera clase. . . Vivimos en una sociedad aparte de adulto céntrico, donde opera un colonialismo mental, racial, étnico, si no un colonialismo generacional”


Entonces estos conceptos estructuran el pensamiento de nuestra sociedad y, como consecuencia, crean problemáticas sociales. Un ejemplo serían estas ideas preconcebidas sobre lo que es ser joven- “Si eres joven no sabes lo que haces o, lo estás haciendo mal”, y esto es incluso aún más duro en jóvenes que viven en sectores subversivos y en condiciones no tan privilegiadas, ya que son considerados básicamente una amenaza. Entonces de aquí se desarrollan mayores dificultades que afectan la evolución del país, que se reflejan en datos duros como en los índices de desempleo: si ya de por sí presentamos tasas muy altas respecto a la falta de trabajo, en la juventud éstas son el doble. De esa manera se va desarrollando un patrón y como podemos observar, esto afecta gravemente a nuestro territorio.


Unda considera que para que estos casos puedan ser arreglados tendrían que suceder varios cambios estructurales en lo que se refiere a nuestra sociedad y su pensamiento, pero que una manera en la que se podría abordar el problema sería abrir espacios que permitan a la juventud expresarse y comunicar lo que piensa y siente con relación a lo que sucede con nuestro país, y cómo está siendo administrado. Que se dé pie a que existan estas conversaciones y que ya no sean censurados o ignorados por ser menores de edad.


Por medio de toda esta evidencia creemos que nos queda muy claro por qué nuestro rol como agentes políticos es tan significativo para el país, y debemos tomar en cuenta de que nuestra participación puede causar un gran impacto para el cambio que muchos queremos obtener. Es imperativo entender que las cosas no cambiarán si no tomamos la iniciativa, y espero que este reportaje pueda ser un factor que los impulse a indagar más en el complejo mundo de la política. ¿Te atreverías?



Autora: Katherine del Salto.

Editado por: Sara Fariño y Nicole Maya.

Créditos de imagen de portada: @yoinfluyonews

 
 
 

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