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EQUIDAD LABORAL, una búsqueda constante


1Edificio municipal de Guayaquil. Foto: Ma. Antonieta Zerda


A lo largo de la historia se ha podido evidenciar la creación de roles o papeles que son asignados a géneros en específico para poder convivir en sociedad. Es ahí donde nace la tradición que asigna a las mujeres el papel de crianza y cuidado, al mismo tiempo que esta condena al hombre con el papel de proveedor.


Las distintas guerras que nuestro mundo ha experimentado, el rápido crecimiento poblacional y la creciente inflación con la que vivimos llevaron a las mujeres a romper estos estereotipos y a buscar un modo de sustentarse no sólo a ellas, pero también a quienes antes dependían de un solo proveedor.


Se creó un efecto dominó, en donde ya no era necesaria la ausencia de un hombre para buscar dicha libertad financiera. Se despertó el deseo de crear una vida independiente económicamente, ya sea de una pareja o de una figura paterna. Sin embargo, la búsqueda de dicha libertad no llegó sin complicaciones, debido a los fuertes prejuicios y al pensamiento de que la mujer no se encontraba cumpliendo el rol que le fue asignado; encontrar un ambiente laboral digno es una lucha que hoy en día aún se extiende.


El deseo de una equidad entre los géneros en el ámbito laboral es un tema que se encuentra revolucionando a nuestro país, en el cual cada día miles de personas luchan por hacer la equidad un tema menos tabú para la sociedad y en donde se enseña por qué una igualdad de género nos beneficia a todos. Pero, ¿cómo se vive esto en la actualidad en nuestra ciudad?

El título de “empleados públicos” se les acredita a quienes se encuentran bajo una dependencia laboral con organizaciones gubernamentales. Según la INEC, el Ecuador cuenta con aproximadamente seiscientos nueve mil novecientos setenta y nueve servidores públicos, de los cuales ciento veintidós mil cuatrocientos dieciséis corresponden a la provincia del Guayas.








2 Servidora pública. Foto: Ma. Antonieta Zerda


La creación de estereotipos en cuanto a qué tipo de trabajos puede o no realizar una mujer es una situación que la Ing. Guisella Medina conoce muy bien, “La mayor dificultad, pienso yo que es la cultura que todavía ve a las mujeres que nos encontramos en ciertas áreas como poco femeninas”, esta es una de aquellas situaciones que trasciende de la vida cotidiana a la vida laboral. Y es que debido a la falta de representación con la que contamos las mujeres, a veces se nos es fácil asociar inmediatamente una posición de poder o de labor física con lo masculino, y lo que esto representa.


“Considero que la mayor injusticia es calificar a la mujer como el sexo débil, y por lo tanto no asignarle los mismos trabajos o funciones que a un hombre”.

Fue lo que Isaías Rodríguez, contratista eléctrico, con años de experiencia, nos pudo comentar sobre el claro desbalance de género que existe en los distintos puestos laborales, pues la falta de presencia femenina en cargos gubernamentales no se limita a la parte eléctrica.


El diario "El Universo" nos muestra que tan sólo un treinta y nueve punto cuatro por ciento de los funcionarios pertenecientes a la Asamblea Nacional son del género femenino. Esto quiere decir que más de la mitad de las personas que aprueban leyes que afecta no sólo a la vida personal de la mujer, sino también a su vida laboral, no tiene conocimiento de lo que es ser mujer. De la misma manera funciona con los representantes de cada ciudad, en el país sólo existen dieciocho alcaldesas en un total de ciento veintiuno. Cifras sumamente alarmantes si de igualdad estamos hablando.


De acuerdo con el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos, el país experimenta una brecha salarial del quince punto dos por ciento, lo que significa que, por cada dólar que un hombre gana, una mujer solo gana cero punto ochenta y cuatro centavos, siendo esto un avance a la brecha que se vivía en el dos mil trece, en donde esta era mayor al veintitrés por ciento.


Es decir, aunque se realice el mismo trabajo, el mismo esfuerzo y durante el mismo tiempo, las mujeres están condenadas a ganar menos por ser precisamente mujeres. No obstante, la situación actual por la cual atraviesa el país no ha hecho más que demorar toda mejora que podría haberse visto en el futuro cercano, la crisis económica generada por la pandemia ha generado despidos masivos en las áreas públicas, afectando mayoritariamente a las mujeres que se encontraban en una desventaja clara desde un principio.



Según la directora ejecutiva de OPEV, más de la mitad de los desempleados en el país son mujeres y de esta cantidad, cerca de un treinta y tres por ciento renuncian a un salario básico para cumplir con el rol de cuidadora y encargada de crianza que se espera, ya sea por decisión propia o por factores externos que la obligan a tomar esta decisión.










3 Madre de familia pidiendo caridad con un infante. Foto: Ma. Antonieta Zerda

Sin embargo, las injusticias laborales que afectan a las mujeres no solo se quedan en la obtención del empleo o en la pelea por romper estereotipos que obligan a mantenerse en un solo camino. El acoso laboral es una situación que afecta gravemente a la población femenina.

“Durante mi periodo de gestión me ha tocado presenciar dos casos particulares de acoso laboral.”

Fue lo que Katherine Martínez, encargada del área de recursos humanos de la compañía CNEL nos pudo comentar sobre el tema. Es aquí cuando las cifras se vuelven confusas, ya que son pocas las mujeres que deciden denunciar a su acosador y son aún menos las que deciden continuar con un proceso judicial. Sea por miedo de represalias, a perder su empleo, o simplemente el temor de ser avergonzadas y juzgadas por estar involucradas en aquel tipo de situaciones.


Algo muy común que ocurre cuando se quiere hablar de la equidad de género es la famosa frase de “Los tiempos ya no son los de antes”, la cual es utilizada para invalidar cualquier argumento que demuestre la existencia de un obstáculo en el camino a la igualdad. Si bien los tiempos han cambiado, y las mujeres ahora cuentan con mucha más libertad de la que 50 años atrás gozaban, aún existe mucho por avanzar y por lo que realizar un llamado de atención a la situación es necesario.


La búsqueda de la equidad es un trabajo constante que debe ser considerado una normativa: el formar parte de una sociedad en la cual no solo una porción de la población sean los beneficiados, si no que todos contemos con las mismas oportunidades es algo por lo que juntos debemos continuar luchando.


Elaborado por: Ma. Antonieta Zerda
Editado por: Sara Fariño

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