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EDUCACIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Según la Unicef, la crisis sanitaria ha afectado la educación de 4,6 millones de niños en Ecuador.


“Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras…” Quito, 24 de junio del 2020. Fotografía de Johis Alarcón. Propiedad de National Geographic.


“Quiero ser enfermera…” nos cuenta María Alcívar, de 11 años de edad, que no pudo continuar este año sus estudios de forma online, y ahora depende únicamente de los folletos que el Ministerio de Educación provee. Le gusta cuidar de las personas, en especial de sus otros cuatro hermanos. Es por esto que sueña con ser enfermera.


De acuerdo a la INEC, en el 2018 sólo el 37.2% de los hogares tenían acceso a internet, lo que significa que suponiendo que las cifras continúan así, 6 de cada 10 niños no podrían tener una educación virtual en el país (ver gráfico 1).



GRÁFICO 1. En la barra azul del 2018, se encuentra el porcentaje (37,2%) de ecuatorianos con acceso a internet de ese año. Fuente: INEC. Encuesta Multipropósito - TIC 2018. Página 06.


En abril del 2020, la UNICEF calculó que 4.6 millones de niños han visto su educación afectada por la pandemia, puesto que no contaban con los medios electrónicos necesarios para recibir clases de manera virtual, ni internet.


La educación puede abrir muchas puertas, brindando oportunidades para una mejor calidad de vida, y, junto al resto de los miembros, lograr el progreso de la sociedad. Es ésta la que enriquece nuestra mente y nuestro corazón, puesto que no sólo aporta conocimientos, sino que fortalece la cultura, las creencias y los valores.


Si bien la mayoría de los principios se nos adoctrinan en casa, es la educación en la escuela la que nos permite obtener mayores conocimientos para cumplir con nuestros sueños profesionales.


Según el artículo 26 de la Constitución del Ecuador,

“la educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado…

Sin embargo, ésta se puede ver afectada e interrumpida por varios factores externos, como el insuficiente ingreso en el hogar para cubrir una educación virtual.


Lamentablemente, la pandemia intensificó los problemas en el ámbito educativo.



Impacto en la educación pública

El Ministerio de Educación ha adoptado la entrega de folletos pedagógicos a los sectores que no disponen de conectividad, además de la transmisión de las clases vía radio y televisión. Pero una vez que los folletos llegan a la casa de los niños, los padres/familiares suelen estar muy ocupados para verificar que los realicen.


Este es el caso de Karina, madre de 5 niños, quien es parte de la comuna “Casas Viejas” en Guayaquil, donde la mayoría no tiene acceso al internet. En la siguiente cita hace referencia a cómo se le dificulta que su niña en cuarto curso continúe con sus estudios, al depender únicamente de los folletos y la televisión.


Karina y sus hijos. La mayor (a la izquierda de la imagen) le ayuda a cuidar a los más pequeños. Ella es María, quien sueña con ser enfermera. Fotografía de autoría propia.


“... A veces por el teléfono (estudian), o sino en la televisión...Le tengo que poner una tarjeta para poder conectarse y si no se puede entonces yo les enseño en casa... Obviamente no es lo mismo (que estar en la escuela)... a veces estoy ocupada cuidando a mis hijos, en especial el más pequeño, entonces no me da el tiempo para enseñarles…”

A pesar de que Karina hace lo posible por enseñarle a sus hijos, la ausencia de un profesor como en el salón de clase se siente en el hogar, al éste servir de guía y pilar fundamental en el aprendizaje.


Anna Vohlonen, Oficial de Educación en UNICEF Ecuador, menciona lo importante que es la relación entre el pedagogo y el estudiante: “Lo más importante es el contacto entre el docente y el estudiante. Esto lo pueden realizar a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto, o WhatsApp…”. El problema es que dentro del plan educativo consistente en folletos, los profesores particulares, a quienes podrían contactar los alumnos en caso de alguna duda, no siempre pueden ser contactados.


Esto es lo que nos dice Valentina, madre de 4 niños, quien también forma parte de la comuna “Casas Viejas”. A diferencia de Karina, ella no cuenta con radio ni teléfono celular.


“ Los afiches llegan para un mes, (los niños) tienen que acabar todo...Ellos mismos a veces se ponen a hacer...Yo no tengo teléfono, nada… ”

Joaquín González-Alemán, representante de Unicef en Ecuador, menciona las siguientes cifras: “...la encuesta realizada en julio por Unicef y que fue contestada por 63 000 estudiantes de entre 5 a 17 años, señala que el 47,3% ha mantenido contacto a diario con su profesor…”. La interacción es realizada en su mayoría por WhatsApp o llamadas telefónicas, por lo que los padres suelen hacer recargas semanales para garantizar la conexión. Si bien es una cifra considerable, estamos hablando de un 52.7% que tiene poco o nulo contacto con el docente.


Ellos son los cuatro pequeños de Valentina. Con la ayuda de los folletos pedagógicos, aprenden por su cuenta. Fotografía de autoría propia.



Impacto en la educación privada

El área educativa privada no se ve inmune ante las dificultades causadas por la pandemia. Esto es lo que nos informa la Econ. Taina Barrientos, directora de la Unidad Educativa Continente Americano:


"La familia Salazar Mujica llegó a Ecuador en 2019, ellos vinieron caminando desde Venezuela. Luisa y Robert, los padres, perdieron su trabajo cuando inició la pandemia, sus hijos Robert Alejandro y Johanna Rosveri de 5 y 7 años respectivamente, han permanecido en casa estos dos meses…” Fotografía de Johis Alarcón. Propiedad de National Geographic.


“En mi institución aproximadamente 50 estudiantes dejaron de matricularse este año... ”


Tras preguntarle a la Economista las razones por las que los alumnos en su mayoría tuvieron que dejar los estudios, nos contó lo siguiente:


“Con respecto a las razones, el tema económico… Se quedaron sin trabajo..., de por sí la situación era difícil, más lo de la pandemia, realmente no contaban con los recursos económicos para poder solventar…”


El gran problema para algunas familias no es sólo pagar el colegio, sino la ausencia de los dispositivos electrónicos necesarios:


“Cuatro estudiantes prácticamente por el tema tecnológico no pudieron estudiar,... ni por más que yo les quise brindar ayuda, becándoles y exonerándoles algunos pagos de mensualidades…”.



¿Qué puedo hacer para ayudar?

De acuerdo a la INEC, sólo el 24.5% de la población nacional tenía una computadora de escritorio, y un 24,2% una computadora portátil/ tablet en el 2018:


GRÁFICO 2. Equipamiento tecnológico del hogar. Fuente: INEC. Encuesta Multipropósito - TIC 2018. Página 06.


Lo preocupante es que la cantidad de residuos electrónicos y eléctricos han aumentado, y de acuerdo al Ministerio del Ambiente, en Ecuador se dieron 93.000 t de estos residuos en el 2018.


¿Qué sucedería si en vez de desechar o guardar en una bodega los dispositivos electrónicos que ya no usamos, los donamos?

Para tratar de ayudar a los hogares ecuatorianos en los que la educación se ha visto afectada, el club SOS CAG, un equipo de ayuda a la comunidad conformado por estudiantes del Colegio Americano, está trabajando en una colecta de dispositivos electrónicos. El objetivo es distribuir el equipamiento tecnológico a las familias con los niños que más lo necesiten.


Los incentivamos a que se unan al proyecto para mejorar la calidad de estudios de los niños:

Ayudemos a que cumplan sus sueños y logren convertirse en los futuros profesionales que el país necesita.



Elaborado por: Sara Fariño.

Editado por: Nicole Maya.



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